30 mayo, 2008
El precio de la honestidad
Circulaba por Libertador cuando repentinamente decidí doblar por Monroe. Fue una mano levantada la que me hizo frenar. La presa en cuestión era un sujeto masculino de unos 70 a 60 y pico de años y un poco excedido en peso. Al subir lo primero que me dice es "Ya no puedo caminar por la calle porque la gente me confunde con Pablo Echarri, debe ser por la boina". Sí, debe ser por la boina, le contesto. Luego me afirma: "Pibe cuando yo tenía tu edad con las minas había que remarla, no como ahora que están todas regaladas. Le voy a pedir a Dios que me quite 25 año". Pedile 30, le contesto, así tenes más margen para negociar. Después de un suspiro profundo, agrega "lo que pasa es que con el tiempo se te va la fuerza pero las ganas te quedan. Es que la vida se te va entre la soledad y la melancolía". No le contesto, pero intento imaginar de qué tango habrá sacado esa frase. Al llegar al destino prefijado el reloj marca $4.68. Cuando le estoy dando el vuelto me interrumpe y en forma muy enfática me dice "pibe me estas dando 25 centavos de más, mira que por 25 centavos todavía soy honesto, por más no se". Un par de cuadras después, pienso que yo por 25 centavos también sería honesto por 50 también, pero por algún decimal más, no estoy seguro. En fin, cuál será el precio exacto de la honestidad.
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